Si te molesta la corrupción, la
violencia, la codicia y la miseria, y te sientes decepcionado del mundo que
ves; pregúntate de qué manera puedes hacerle un regalo de amor al mundo que te
duele y necesita tu ayuda. Siembra sonrisas en las paradas de los buses, en tu
trabajo, en la universidad… ¿A cuántas personas escuchaste esta semana? Si
estás cansado de la mentira y la corrupción permite que la transparencia se
exprese en tu mirada, en las conversaciones y acciones que tienes.
Si te hastía la violencia y la agresión empieza a reconocer el amor y la luz
que habita en todas las personas y deja de percibir al otro como alguien
diferente a ti. Así dejarás de juzgar y comenzarás a comprender que detrás de
cada actitud deshonesta o hiriente se esconde una falta de amor que necesita
ser sanada. Cuando alguien te insulte traduce sus palabras y comprende que solo te está mostrando su dolor. “Todo ataque es un
llamado de auxilio”.
Si sabes en tu interior que la
violencia no te hace feliz entonces no apoyes causas que la fomenten. No te
embarques en discusiones de buenos y malos que solo alientan la polarización y
la lucha.
Si quieres la paz habla de paz, expresa paz, lleva paz a donde vayas.
El proceso de firmar la paz en Colombia no es un proceso entre la guerrilla y
el gobierno como los medios de comunicación nos hacen creer, es un proceso que
todos los colombianos debemos vivir en nuestro interior. Nunca conoceremos la paz si creemos
que son los otros (el afuera) quienes tienen el poder y la responsabilidad de
elegirla. No cedas más tu poder y firma la paz con Colombia y contigo. La paz
no florecerá afuera sino la siembras adentro.
Si estás cansado de políticos
corruptos que solo roban pensando en sí mismos, atrévete a pensar qué puedes
compartir con tu país. ¿A cuántas fundaciones apoyas? ¿A cuántas personas fuera
de tu familia y de tu círculo de amigos ayudas? ¿El dinero que recibes es solo para ti o una parte de tu dinero
la compartes con los que más necesitan? ¡Todavía tienes la oportunidad de
elegir distinto!
Si tus políticos enseñan egoísmo,
enseña tú altruismo. Si tus políticos enseñan soberbia enseña humildad, si tus
políticos enseñan a discutir, despréndete de tu deseo de ganar una discusión
cuando compartes una idea con alguien. Si los medios solo hablan de problemas sin solución para que seas un integrante más de las masas frustradas y resentidas, enseña responsabilidad y empoderamiento y asume que el cambio de tu
vida está en tus manos, en tus palabras,
en tu forma de pensar… Deja de defenderte y empieza a amar. Cada vez que te
defiendes estás apoyando la guerra.
Si sientes que la ambición y la
codicia han enfermado la tierra, escucha tu corazón y recuerda que la felicidad
no está definida por la suma de dinero que ganas con tu trabajo. ¿Cuánto vale
un atardecer? ¿Una caricia? ¿Cuánto vale la sonrisa de un extraño? ¿La lluvia?
¿Abrazar un amigo? ¿Llorar? ¿Cuánto vale escuchar una canción? ¿Comerte un
helado? ¿Preparar una cena? ¿Escuchar el silencio? ¿Bailar? ¿Gritar? ¿Cuántos
miles de millones se necesitan para dormir, comer y vestirte?
Parece fácil juzgar la ambición en el otro, pero qué difícil es reconocer que estás trabajando en un lugar que detestas solo por el
dinero que te dan a cambio, qué difícil es mirar hacia adentro y reconocer que sientes
que el éxito es directamente proporcional a la cifra de dinero que reposa en tu
cuenta bancaria. Si quieres crear un nuevo mundo, empieza por transformar tu vida. No seas un esclavo más de la aprobación exterior.
No juzgues a tus políticos y en
cambio agradéceles porque en su sed de dinero nos demostraron que la plata nunca será
suficiente para satisfacernos. En el enriquecimiento grotesco de nuestros
políticos y empresarios supimos que el dinero no llena a nadie porque el vacío
de la humanidad no se llena con dinero, solo se llena con amor.