jueves, 20 de marzo de 2014

Sin objetivos


Vivir sin objetivos. Contemplé esta idea y me sentí tranquila. ¿Dónde quiero estar? Aquí. ¿Quién quiero ser? Lo que soy. Respiré profundo y exhalé lentamente. La sensación de sentirme más liviana me causó risa. Esta idea trasgredía todo lo que había aprendido: “hay que proyectarse, hacer un plan para alcanzar las metas, visualizar el éxito y caminar hacia él”.

Era irreverente dudar de estos pasos, pero cuando lo hacía sentía que algo en mí se sanaba.

-¿Pero qué estás diciendo Susana? ¿Es que no tienes proyectos?

-No.

-¡Escúchate! ¿Cómo es posible que estés satisfecha con lo que tienes si te faltan tantas cosas?

-Es posible cuando miro el presente y lo disfruto como es. Tú sabes que así desaparece la sensación de ausencia. Mira te muestro. 

Respiré lentamente y me concentré en la sensación de respirar, no pensé nada durante cortos segundos hasta que la voz volvió a interrumpirme.

-¡Pero qué mentalidad tan pobre la que tienes! ¡Entonces te conformas con el presente! ¡Vaya manera de evolucionar!

-El que ambiciona nunca se siente rico. El deseo multiplica la sensación de vacío. Y quizá la mejor manera de evolucionar o transformar algo sea aceptándolo como es. Cuando la percepción cambia la realidad se afecta.

-Pero si no tienes objetivos desaparecen los motivos para vivir.

-Tal vez haya sido un error creer que la vida tenía un sentido solo si  tenía objetivos.

-¿Si no son tus objetivos los que te motivan entonces qué puede ser?

-Vivir haciendo lo que más disfruto sin preocuparme por los resultados.

-¿Y es que de eso se vive?

- Muchas de las personas que tú calificarías como exitosas han obtenido su reconocimiento sin proponérselo. Únicamente hicieron con amor, entrega y autenticidad lo que más les gustaba.

-¡Bueno, eso también es un objetivo!

-¡Cómo te gustan los juegos del lenguaje mi luchadora invencible!

Aquella voz en mi mente se quedó en silencio.  Me sentí feliz.





miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Dónde está la verdad?

Cada vez que escapo de las certezas descubro en la incertidumbre que el mundo es un mar de percepciones. Abro los ojos y no juzgo, escucho y dejo que otras palabras puedan transformarme. No hay temor de caer en las contradicciones, ni de mirar hacia el pasado para encontrar en él pensamientos que ya no me definen.

¿Y qué es lo que nos define? He participado en batallas de opinión, en guerras de la razón que solo dejan egos ganadores y vencidos. ¿Para qué esta lucha de opiniones? ¿Cambia el mundo cuando ganamos una discusión?

Mil maneras existen de interpretar la realidad ¿Hay una acertada?

Hoy vi lucidez en ideas que se contradecían. Cada que me acerco a un tema desde múltiples visiones siento que la verdad es como la luz: se expresa en la combinación de todos los colores.