jueves, 4 de marzo de 2010

Los medios de comunicación son el primer poder

Susana Moncada López

Tembló en Haití y el mundo entero se estremeció. Se necesitó de un terremoto para que los demás Estados se interesaran en el país más pobre de América Latina.

Día tras día los noticieros colombianos y del mundo tenían una nueva historia que contar sobre la catástrofe. Seguramente varios lloramos mientras veíamos el caos, el dolor, las muertes y los heridos que ocupaban casi todo el tiempo de los noticieros.

Pero algo me dejó perpleja: la inmediatez de las ayudas. Los grandes países enviaron ayudas humanitarias y hasta los países que no son precisamente los más prósperos enviaron alimentos, rescatistas y medicamentos. Incluso muchos artistas realizaron conciertos por Haití.

Los colombianos se metieron la mano al bolsillo y también sacaron de sus mercados alimentos para solidarizarse con los afectados Todo era movimiento, rapidez, no había tiempo que perder.

Y ésta vez también lloré, pero no por lo que parece.

Fuimos capaces de movernos por los haitianos, pero no nos movemos para ayudar a los miles de desplazados dentro de nuestro país. Nos saca lágrimas la pobreza de Haití, pero no nos estremecemos por la mitad de la población colombiana que es pobre. Nos asustan los robos que allá se han dado, pero ni nos mosqueamos ante la corrupción y la delincuencia que tanto daño nos ha hecho. Sin embargo no tenemos toda la culpa finalmente los medios de comunicación son el primer poder.

¿Que hubiera sido de Haití si el terremoto no hubiera salido en la tele y en los periódicos?

¿Qué pasaría en Colombia si los canales privados (que son los más vistos) nos mostraran con la misma indignación la corrupción? ¿Si nos contaran más historias de las familias que sufren por el secuestro? ¿Si nos hablaran de los miles de desplazados que sufren en nuestro país? Pero todo se queda en noticias efímeras, superficiales en las que los presentadores ponen una tenue cara de tristeza para dar paso a la siguiente noticia.

Por eso hemos sido el país del silencio. Recibimos nuestras miserias con resignación.

En varios países de África las madres ven como sus hijos se mueren de hambre y sed entre sus brazos. ¿Esto sale en los noticieros? Alguna vez escuché a alguien decir que para mejorar las condiciones de pobreza en un país debían pasar cientos de años, pero estoy por pensar que no. Podríamos acabar con el hambre de África YA si todos los países nos uniéramos por eso.

Hace poco escuché a un profesor que dijo "Muchos haitianos están comiendo mejor después del terremoto".

¿Habrá que esperar más terremotos para hacer algo?

Nos impresiona la cantidad de muertos que dejó este terremoto, pero no podemos olvidar que las guerras nos han dejado y nos dejan mucha más muerte y miseria que la generada por este sismo.